El hombre que hizo pacto con el diablo en Nayarit

Un seguidor, que nos pidió el anonimato, vivió este suceso. A partir de ese día, cosas bastante fuertes le pasan casi a diario, ¿te imaginas que te ocurriera a ti? Pon mucha atención a esta historia…

Sucedió hace dos años, yo venía de Santiago Ixcuintla en la carretera, eran como las 11 de la noche, pero a la altura de Capomal, mi camioneta se detuvo y ya no quiso encender.

Estuve aproximadamente media hora en la orilla de la carretera arriba de mi vehículo tratando de llamar a mi familia, pero no había señal, entonces me bajé y caminé un poco con el fin de poder comunicarme, pero no, fue imposible.

Estaba distraído en mi celular cuando de pronto veo a un señor mayor que se me acerca y me pregunta si necesito ayuda, que si había ocurrido algo con mi camioneta.

Yo le contesté que no encendía, lo cual me parecía extraño, ya que sí tenía gasolina y no presentaba ninguna falla. El hombre se paró justo en frente de la camioneta, me miró a los ojos y me pidió que la encendiera, a lo cual yo accedí, me subí, traté de prenderla y efectivamente, el vehículo encendió.

Yo me bajé e inmediatamente el hombre me grito: – ¡Vaya con cuidado! Y me sonrió de una manera muy rara. Como agradecimiento me ofrecí a llevarlo, le dije que se subiera. – ¡Yo lo llevo, súbase! Pero me contestó de una forma muy fría – No creo que quieras ir a donde voy.

Yo simplemente sonreí e insistí que se subiera, caminé y abrí la puerta de la camioneta para subirme, y cuando volteé, el señor ya no estaba. Por un momento pensé que se había metido entre los árboles, me quedé unos segundos pensando, pero decidí encender el vehículo y seguir mi camino hacia Tepic.

Casi al llegar a la caseta de cobro, lo volví a ver, juro que era él; iba por el acotamiento, pero lo más extraño es que no vi que fuera caminando. Nos volteamos a ver y me sonrió de una forma que no puedo explicarles.

A partir de ese momento fue cuando empecé a sentir miedo, pero no hice mucho caso; pasé la caseta y continué el trayecto.

Llegué al libramiento de Tepic, y a la altura del cerro de San Juan, mi camioneta se volvió a parar.

Volví a sentir miedo, por eso mejor pensé en dejar ahí la camioneta y cruzar el libramiento, pero llegó una patrulla de federales.

Uno de ellos me preguntó qué había ocurrido, yo contesté que mi camioneta estaba fallando, pero me fijé y el vehículo se había quedado sin gasolina. El oficial se ofreció a traerme combustible.

Yo me quedé solo arriba de la camioneta, tenía miedo; sólo podía pensar en la mirada y sonrisa horrible de aquel señor que se me apareció dos veces en la carretera.

El federal llegó, pusimos la gasolina y la camioneta encendió. – ¡Que le vaya bien! Me dijo el oficial.

Se dirigió a la patrulla que estaba atrás de mi camioneta, pero volteó hacia conmigo como si tratara de ver algo y dijo: – ¡Que les vaya bien!

Como si le hubiera dicho a alguien más que estuviera en la caja de la camioneta…

Finalmente llegué a casa, me bañé, me acosté y me dormí, pero tuve una pesadilla horrible, aunque quizás, real.

Soñé al mismo señor. Venía detrás de mí, yo me alejaba, pero él me seguía, cuando de pronto caí a un pozo y al caer había bastante fuego. Intenté correr, pero no pude. También quise orar a Dios, pero fue imposible.

Cuando volteé vi a ese señor nuevamente y me jaló del cabello; en ese momento se convirtió en una persona de gran estatura, demasiado grande. Yo me safé como pude, pero me alcanzó a agarrar de los pies y me quería jalar hacia con él. Y no olvido lo que me gritó:

– Te querías venir conmigo, ¿no? Pues te vas a venir.

Yo traté de gritar a mi esposa, pero no podía hablar y empecé a sentir que ella y mi hija me estaban gritando, las dos estaban llorando desesperadamente, cuando de pronto desperté.

Estaba sudando, y demasiado caliente de la piel. Lo más extraño es que mis pies estaban en el piso, y lo que me dijo mi esposa me impactó demasiado.

Me dijo que vio como si alguien me estuviera jalando de los pies, y que yo ya no respiraba, sólo me quejaba.

Estuve mucho rato mal. Fui por la biblia y oramos el salmo 91; esa noche ya no pude dormir. Desde esa vez jamás ha sido lo mismo, es un caos poder dormir. Todo el tiempo escucho voces raras y lamentos, y siempre se me aparecen niños.

En una ocasión durante la noche vi caminando por el pasillo a una niña que gritó: – ¿Y yo qué hago aquí? La menor tenía un vestido amarillo; yo fui detrás de ella, pero ya no estaba.

Diariamente me pasan cosas extrañas, lo que más escucho son llantos y voces de niños.

Tal vez te preguntes por qué le ocurren tantas cosas escalofriantes y sin explicación a nuestro seguidor. Esta es la historia…

Hace muchos años, yo hice un pacto con el diablo. Para eso fui al poblado de Jalcocotán, con una señora que se dedica a leer las cartas y ella me dio las indicaciones a seguir.

Me dijo que tenía que ir al panteón del poblado a las 3 de la mañana y repetir una oración un par de veces. Me aseguró que justo en ese momento el diablo se aparecería y ahí debería pactar con él.

Lo hice, seguí todos los pasos que ella me indicó; cerré los ojos y empecé con la oración, pero no pasó nada.

Al tercer día fui con la señora a explicarle que no se había aparecido nada, pero ella me vio a los ojos con mucho miedo, empezó a temblar y me gritó que me fuera, que me alejara por favor.

Estaba por irme cuando ella me alcanzó y me dio otras indicaciones para lograr pactar con el diablo, pero ya no las hice.

Esa oración la recuerdo perfectamente, es corta. Ella me la escribió en un papel; no sé qué significado tenga o qué idioma sea, ya no sé cómo se escribe, pero aún me la sé muy bien de memoria.

A partir de ese momento, mi vida ya no fue la misma. Todos los días es escuchar y ver cosas, podría decir que ya estoy acostumbrado…

Si tú también tienes una historia escalofriante que contar o algún video o fotografía, no dejes que tu evidencia quede en el olvido y compártela con la comunidad. Envíanos un mensaje a nuestro Facebook o al WhatsApp 3113433041

No te pierdas Catarsis, todos los jueves a las 9:00 p.m por XHKG TV Nayarit.

Facebook Comments
Volver