En el municipio argentino de Puerto Deseado, en la región de Santa Cruz, se aprobó una iniciativa que legaliza la matanza de perros callejeros por «estorbar el tránsito y romper bolsas de basura».
Autoridades del municipio aseguraron que con esta ley se controlará la población de perros callejeros en la localidad, debido a los pocos refugios que hay para caninos sin dueño.
Por lo anterior, acordaron que «la mejor solución» para controlar su población es sacrificarlos, con la razón de que «impiden la libre circulación» y «rompen las bolsas de basura al buscar alimento, generando contaminación».
La iniciativa ha generado gran controversia, puesto que además «castigará a quien ofrezca agua y comida a los perros vagabundos».
De igual forma, si un can se pierde, los dueños únicamente tienen 48 horas para localizarlo, pues después será considerado callejero y podría ser sacrificado.