Entre las sombras del panteón Hidalgo: historias paranormales y misterio en Tepic

El panteón más grande y antiguo de Nayarit se encuentra en Tepic. Un sitio enigmático, lleno de historias y leyendas: El panteón Hidalgo.

Se cuenta que fue construido entre los años 1836 y 1845. Incluso, la primera tumba de la que se tiene registro data del año 1836. En ese entonces, se le conocía como Camposanto y el lugar se localizaba en las orillas de Tepic.

Antes, el acceso principal era por el arco central que aún se conserva actualmente. No fue sino hasta el año de 1908 cuando se construyó la entrada que se conoce hoy en día.

También, dentro del cementerio se localiza el Templo de Nuestra Señora del Refugio, que inició su construcción en el año de 1839 y finalizó en 1845. Es posible apreciar en la parte posterior izquierda diversas gavetas muy antiguas, que al parecer no tienen identificación, para muchos suele ser algo extraño, pues poco se conoce sobre este espacio.

Una zona que llama la atención es el osario. Construido en 1875, ahí se encuentran los restos de las personas que no adquirieron propiedad del terreno, por lo tanto, después de un tiempo determinado fueron exhumados. Asimismo, yacen aquellos cuerpos que jamás fueron identificados.

En este cementerio también descansan los restos de personajes históricos, como Leopoldo Romano, quien fue el segundo gobernador de Nayarit; el padre del poeta tepicense Amado Nervo; la tumba de Gabriel Luna, constructor de edificios emblemáticos, como la presidencia municipal de Tepic, el Palacio de Gobierno y la catedral de Tepic. 

También ahí descansa el cuerpo de Albina Luna Pérez, mujer que, se dice, fue quien inspiró la creación del “Son de la negra”; el hijo de Agustín de Iturbide, emperador de México, entre otros personajes locales.

Durante el año de 1883 se registró la epidemia de la fiebre amarilla, enfermedad viral e infecciosa transmitida por la picadura de mosquitos. Se dice que fue traída al estado por habitantes de Sinaloa que pretendían huir de la epidemia.

En Nayarit, se tiene registro de al menos 59 personas que murieron por la fiebre amarilla, y se cuenta que sus restos fueron enterrados en un terreno destinado especialmente para ellos, al tratarse de una enfermedad sumamente contagiosa.

Luego de ser enterrados, se añadió aún más tierra, quedando esa zona como si se tratase de un pequeño cerro. Las tumbas que se localizan actualmente en la parte superior fueron construidas sobre estas fosas que yacen muy profundas debido a la peligrosidad de contagio. 

Se dice que varias personas que padecían esta enfermedad fueron sepultadas vivas, y este lugar permaneció prohibido por muchos años debido al temor que causaba revivir la fiebre…

Lo que cuentan del panteón Hidalgo

Del panteón Hidalgo se cuentan muchas historias de misterio, personas que han sido testigos de algún suceso paranormal. Leyendas que incluso tienen relevancia en otros estados, como la niña que se convirtió en piedra y aquella que habla sobre ser acreedor de una fortuna si se le reza un novenario a una tumba en específico a media noche.

Sobre la leyenda de la niña que se convirtió en piedra hemos hablado ya en programas pasados. Se trata de una menor que, por desobedecer a su madre dentro del panteón Hidalgo, se convirtió en piedra, y ésta aún se conserva del lado izquierdo de la iglesia.

También, cuentan que al anochecer si alguien se encuentra solo a esas horas en el panteón, un hombre se le aparecerá para ofrecerle una gran fortuna a cambio de que, durante nueve días, vaya a su tumba y le rece a media noche.

Hasta hoy, nadie ha logrado rezar el novenario, pues dicen que tan solo a los días, escuchan muchos ruidos alrededor de la tumba, lo que los hace huir casi de inmediato.

Taxistas aseguran también haber llevado en varias ocasiones a altas horas de la noche a personas a la puerta del panteón Hidalgo; muchas veces al voltear por el retrovisor, ya no había nadie…

Se cuenta de automovilistas que han visto personas extrañas por la madrugada en las inmediaciones del panteón Hidalgo. Un caso conocido fue el de una mujer con aspecto cadavérico, vestida de blanco, que fue vista justo en una de las entradas al cementerio, por la avenida Independencia.

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