Con 60 votos a favor y 53 en contra, fue aprobado en lo general el plan B de la reforma electoral impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, esto tras seis horas de discusión y con la sorpresa de un voto en contra por parte de un partidario de morena.
Después de varios días de negociaciones en las que tuvieron que internenir funcionarios de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), la postura del coordinador de la fracción de Morena fue derrotada, pues no se aceptaron la mayoría de correcciones realizadas a la minuta de la Cámara de Diputador que había propuesto, advirtiendo que dos terceras partes de su contenido es «Inconstitucional».
Mientras tanto, los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologísta de México (PVEM) lograron retomar temas que habían sido eliminados y les garatizan su supervivencia política, «sin importar lo que pase». Pues uno de los temas revisados fue la «cláusula de vida eterna» en la que se estipula que los «partidos Satélites» tendrán garantizado su registro aunque no alcancen el 3% de votos en las elecciones.
Además, esos partidos políticos asegurarán su existencia a través de la transferencia o distribución de votos de sus aliados en coaliciones.
Además se le retiró al Instituto Nacional Electoral (INE) la facultad de sancionar a los partidos cuyos padrones estén inflados artificialmente.
Entre las reformas que fueron aprobadas destaca una re configuración administrativa del INE, organismo al que se le reducirán los recursos presupuestales en función de la eliminación de 300 juntas distritales, lo que conlleva el despido de personal, que será liquidado con recursos de los actuales fideicomisos.
También se limitan las atribuciones del INE para sancionar a los partidos políticos y candidatos por faltas graves; desaparece el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), se elimina la Secretaría Ejecutiva del instituto, entre otras instancias que compactan la estructura del órgano electoral; se le prohíbe la creación de fideicomisos y se cancela el servicio profesional electoral.
La oposición, que había fracasado en su intento de que los dictámenes fueran retirados del orden del día por violaciones al procedimiento legislativo en la Cámara de Diputados, calificó la reforma como el más grave retroceso democrático del México contemporáneo, un traje a la medida del estilo de gobernar del presidente Andrés Manuel López Obrador y a este 14 de diciembre como “un día negro” para el país.