El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrió un asentamiento que hace referencia por como se encuentran «acomodados» a un entierro.
El enterramiento fue descubierto en la localidad de Pozo de Ibarra, municipio de Santiago Ixcuintla, donde se realiza una obra de construcción de red de alcantarillado. Personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su representación estatal, registró un enterramiento de la época prehispánica, el cual nos da información sobre las prácticas funerarias que se llevaban a cabo en la región en la época.
De acuerdo con la arqueóloga encargada, Claudia Servín Rosas, se trata de un sistema funerario compuesto por un entierro primario, es decir, el esqueleto mantiene la relación anatómica, acompañado de una concentración de restos óseos humanos depositados sin relación anatómica, los cuales guardan un acomodo particular. Se identificó que los huesos largos, como fémures, tibias, radios y cúbitos, fueron cuidadosamente colocados en un sector específico. De manera similar, los cráneos fueron agrupados intencionalmente, algunos, incluso, apilados uno sobre otro, en otro sector del osario.
Las exploraciones controladas permiten reconocer que el enterramiento forma parte de un sistema funerario complejo, ya que la disposición de los restos óseos se hizo en un solo momento, cuando los huesos ya estaban esqueletizados.
Durante la «excavación» fueron encontrados siete cráneos completos, presumiblemente pertenecientes a individuos masculinos de diferentes edades, se plantea que quizá, este «acomodo» fue parte de los ritos funerarios que se realizaban en las unidades domésticas de la región.
No se tienen precedentes de este tipo de enterramientos en otros sitios cercanos, así que esto es nuevo y prácticamente enriquece el entendimiento de las prácticas funerarias en la región.