El encuentro fue suspendido y concluido a falta de 12 minutos para el pitido final debido a los incidentes violentos que protagonizaron algunos aficionados del club paulista.
El árbitro chileno Julio Bascuñán decretó el fin del tiempo reglamentario por falta de garantías tras el lanzamiento de petardos y bengalas por parte de ultras del Santos, quienes también arrancaron asientos de las gradas e intentaron invadir el césped.
La eliminatoria entre los dos equipos se decidió en los despachos tras la decisión de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) de conceder al Independiente la victoria por 3-0 en la ida en lugar del 0-0 que resultó en la cancha.
El castigo al Santos estuvo motivado por la alineación indebida en tierras argentinas del centrocampista uruguayo Carlos Sánchez, que arrastraba una sanción de cuando militaba en el River Plate.
El extremo afirmó posteriormente en zona mixta que se va con «tristeza» del torneo porque «prácticamente en su última Libertadores» y «no sabe cuándo» tendrá otra oportunidad de jugar nuevamente la competición con el Santos. Con información de EFE.